Once cartas, escritas desde Madrid nueve y desde San Sebastián dos, a un alcalaíno de fuertes raíces en Alcalá la Real, nos permiten conocer una romántica historia y el fuerte valor de la amistad.

El destinatario de las cartas es don Francisco de Utrilla caballero de la Orden de San Juan, como se hace constar en la dirección.
Los autores son tres personas estrechamente relacionadas con aquella por la que don Francisco de Utrilla sintió y sigue sintiendo fuerte amistad, aún después de su muerte.
Se trata del IX conde de Humanes Fernando de Eraso-Aranda y Salazar XV Señor del mayorazgo de Aranda, fundado por el célebre capitán alcalaíno Fernando de Aranda, el año 1498.

Ambos linajes, Humanes y Aranda, relacionados desde 1625 por enlaces matrimoniales, se funden en 1748, al heredar el condado de Humanes el IX señor del mayorazgo de Fernando de Aranda por muerte, sin sucesión, de su quinta condesa.
Casi un siglo después, en 1826, Fernando de Eraso-Aranda y Salazar se convierte en el IX conde al morir, también sin sucesión la octava condesa, hermana de su difunta madre.
Tenía el conde 39 años y estaba casado en segundas nupcias sin haber tenido hijos, ni de una ni de otra esposa. La relación del conde con Francisco de Utrilla la hemos podido conocer gracias a nuestro trabajo sobre la undécima condesa de Humanes, sobrina nieta de Fernando de Eraso-Aranda el cual había nombrado a Francisco de Utrilla apoderado de sus bienes en el mayorazgo de Aranda.

Relación administrativa, convertida pronto en sincera amistad al haber escondido en su casa de Alcalá la Real Francisco de Utrilla al conde, perseguido como tantos otros amantes de la Constitución por Fernando VII. Esto explica el buen comportamiento de Utrilla con los autores de las cartas, allegados extraoficiales del conde, cuando éste, incapacitado por enfermedad desde 1863 y por su fallecimiento en 1867, ya no podía protegerlos.
Son los allegados: Fernando de Aranda, hijo natural del conde, autor de la última carta, su madre Octavia Neaudot Bertrix, artista seguramente relacionada con el mundo de la música y José Mauroner su secretario y quizá preceptor de sus hijos por el cariño con que los nombra, Fernandito y Sofía en las seis cartas firmadas por él.

Las cartas tratan principalmente de dos posesiones de los hijos de Octavia en Alcalá, el cortijo de la Chinche y una casa en la calle Angustias. Francisco de Utrilla se encarga de sus arrendamientos y de enviar el importe de ellos a Octavia, sin que haya contrato entre ellos. Sólo por amistad, como se deduce por las muestras de agradecimiento de los autores de las cartas aunque a veces se muestren impacientes, sobre todo Octavia.
Del conde apenas tratan las cartas, sólo de las tercera (7.10.1863) y 7ª (17.9.1867) se deduce algo de su enfermedad, en la primera, y de su muerte en la segunda. Por las referencias a don Rodrigo, el que será décimo conde de Humanes, hermano y sucesor de Fernando.
En este última, la 7ª, se habla también de la condesa y de los inventarios. Dice Mauroner a Utrilla: le creo muy ocupado con el inventario de lo que quede por ahí … aquí se esta haciendo también el inventario de toda la casa, hay quien da noventa mil duros, y la mitad es de la sucesión… O sea de don Rodrígo.
Habla también de las posibles reclamaciones de éste el que será X conde.
La única referencia clara al noveno conde la hace Mauroner en la octava carta, el 26 de diciembre de 1867. Habla, en ella, de los éxitos musicales de Fernando, a los que ya se había referido en la sexta carta (11. IX.1867) primeros premios y medalla de oro en Alemania y añade: es una notabilidad en armonía y no puede darse una idea. Si vd. Lo viera creería ver a su señor padre, pues a medida que entra en edad (ya son 23) todos los que lo ven se quedan admirados, solo que es más alto. Creo obtendrá pronto una posición brillante por todos estilos.
No se equivocaba Mauroner. Hemos podido obtener datos biográficos de un Fernando de Aranda músico, coincidente en todo con el nuestro [en filomusica.com/filo49bayreuth.html]
Fernando de Aranda (1819-1919). Pianista, organista, director y compositor madrileño. Primer premio del Conservatorio de Bruselas en 1867.
En 1878 se traslada a París donde vive hasta 1886 que pasa a Estambul al ser nombrado Director Imperial de la Orquesta del Palacio de Turquía. Destronado el Sultán Abdul Hamid en 1909, se establece en Barcelona como profesor, llegando a ser amigo íntimo del famoso compositor Felipe Pedrell.
Perteneció a la Delegación Española del Patronato del Festival de Bayreuth, creado por Richard Wagner para sufragar el estreno de “Parsifal” entre 1873-1880.
Podemos decir que Fernando Aranda fue digno descendiente del fundador del mayorazgo de Aranda. Ambos contribuyeron a llevar la paz a muchos corazones, uno con su bravura y dotes diplomáticas en los años finales de la Reconquista, el otro con sus grandes dotes musicales y su sentido de la armonía, cuatro siglos después.