MARTÍN XIMENA JURADO Y ENRIQUE ROMERO DE TORRES, ARQUEÓLOGOS DE LA ÉPOCA ROMANA EN ALCALÁ LA REAL Y CASTILLO DE LOCUBÍN

Vamos a hacer un sucinto comentario de como vieron nuestra comarca dos arqueólogos, que aunque de dos épocas históricas muy diferentes, son nuestro referente cuando nos disponemos a reconstruir el pasado de nuestra tierra.

Martín Ximena Jurado había nacido en Villanueva de la Reina (Jaén), 17.VI.1615 – ?, c. 1664. Hijo de Alonso de Ximena y de María Notario Jurado, la vida y la obra de Martín de Jimena están estrechamente vinculadas al servicio del cardenal Baltasar de Moscoso y Sandoval (1589-1665), a cuyo entorno perteneció como gentilhombre y a quien sirvió como secretario, primero durante la prelatura de aquél en Jaén y, desde 1646, en Toledo como racionero de la catedral, cuando Sandoval fue promovido a la silla arzobispal toledana. Estudió en la escuela catedralicia de Jaén. Desde allí mantenía correspondencia con otros eruditos, como el padre Francisco de Bilches, de Baeza. Antes de acompañar al cardenal Sandoval a Toledo, se interesó por las antigüedades de Arjona y concluyó un estudio sobre la historia de la villa desde la Antigüedad hasta su época (Historia o Anales del municipio albense urgavonense) que ha permanecido manuscrito hasta la edición de 1996.

Al servicio del obispo Moscoso y Sandoval, Jimena Jurado trabajó en busca de las raíces paleocristianas de la Iglesia andaluza (Catálogo), pesquisa fuertemente condicionada por la aparición de fraudes documentales y textos de dudosa autenticidad, como los del Sacromonte de Granada. No obstante, amigo de antiguallas, según confesión propia, también se interesó por cuestiones propiamente anticuarias.

Coleccionó monedas —el ms. 1180 BNE, fols. 1r.- 12v., 52v. y 53r. contiene copia de piezas de su monetario— que recibía de amigos y corresponsales, como es el caso de la pieza que consiguió en 1637 en Andújar gracias al impresor Pedro Furgolla de la Cuesta, o de las monedas que recibió en Arjona quando estuve en ella la semana antes de quaresma deste año 1640”.

Del mismo modo, copió e interpretó epígrafes latinos del reino de Jaén (Arjona, Martos, Baeza, Bailén, Torredonjimeno, Porcuna, Linares…), según se aprecia en sus obras manuscritas. De medallas i inscripciones antiguas. Libro de antiguas monedas de los lugares de España y de las inscripciones también antiguas del Reyno de Jaén (BNE, ms. 1180, ). Pero en esta ocasión nos limitaremos a mostrar algunas de las páginas del manuscrito que hace referencia a Alcalála Real y Castillo de Locubín. Para ello nos basamos en los comentarios de algunas de las imágenes del manuscrito.

Johannes de Sacro Bosco, ca 1195-ca 1256. Obra dividida en cuatro partes. La primera trata las propiedades de la esfera, identificando su centro, sus secciones y polos y describe cuantas esferas son necesarias para describir el universo, se menciona de igual modo la ascendencia y descendencia de los signos del zodiaco, la división de la tierra de acuerdo al clima; la última parte trata del movimiento de los planetas y se describe el fenómeno de los eclipses.

Descripción del Reino y obispado de Jaén. Año 1641. Mapa de la provincia de Jaén, cuando aún no era provincia. Interesantísimo para los historiadores, pues delimita el Reino de Jaén con el Arzobispado de Toledo, por Sierra Morena; con el Obispado de Córdoba por Porcuna; con el Obispado de Cartagena por Castellar; con el Adelantamiento de Cazorla; por el sur con el Obispado de Guadix y aunque no lo cita explícitamente con la Abadía de Alcalá la Real. Observamos dos líneas para definir los contornos de la Abadía una primera que va por el río Locubín, dejando fuera Alcaudete, hasta la provincia de Granada. Pero hay una segunda línea que partiendo desde Alcalá la Real engloba a Noalejo que forma parte de la Abadía mientras se solucionaban las disputas entre el Arzobispado de Granada y el Obispado de Jaén, en 1568 fue cedida por bula a la Abadía de Alcalá la Real. Y de forma algo forzada y nada realista une a Priego y Carcabuey como localidades de la Abadía.

En la página 163 Martín Ximena Jurado habla del pasado de Alcalá la Real. Y con el dibujo del escudo de la cuidad, nos dice: No falta quien escriba questa ciudad es la que Tolomeo llama Calicula. Más no parece que tiene bastante fundamento. Antes este yo en aquesta población, quando estuve en ella que no tiene rastro alguno de cosa Romana, si no solamente de moros.

Se equivoca pues según Ceán Bermúdez, Calicula es Puebla de Cazalla, en la provincia de Sevilla. En cuanto a la segunda afirmación de que tiene rastro de moros, nuevo error. Ahí quedan las excavaciones de Domus Herculana. En ésta zona se halló el pequeño Hércules de mármol, localizado a finales del siglo XIX y que desde 1925 forma parte de la colección de arte romano del Museo Arqueológico Nacional en Madrid. En las últimas excavaciones se han encontrado igualmente la cabeza de un fauno y un alto relieve de un hércules con perro que se pueden ver en el museo de Palacio Abacial. En el asentamiento se observa la superposición de diferentes niveles de ocupación. Este enclave de época alto imperial sufriría al menos dos importantes momentos de destrucción, la primera a finales de la segunda mitad del siglo III d. C. (260-269), causada por un importante incendio, y la otra en el siglo IV, después de la época del Emperador Constantino I.

Plano de la ciudad de Alcalá la Real, en el siglo XVII. Con especial atención a los lienzos de muralla, a las torres y a las puertas de entrada al recinto. Destaca la alcazaba con la torre del homenaje y la Iglesia mayor Abacial. En realidad se trata de una idealización de la fortaleza y ciudad de Alcalá la Real. En el reverso del plano Ximena ha utilizado una carta de Francisco de Bilches fechada en enero de 1645, y ha dibujado por detrás. Este folio debe formar

parte de un reajuste posterior.El Padre Francisco de Bilches Pedraza, oriundo de Baeza, fue rector del Colegio de San Ignacio de Baeza, de la Compañía de Jesús. Bilches había sido el promotor de las «excavaciones» en el cerro del Alcázar de Baeza. su aportación al anticuariado no es significativa ya que Bilches concedió excesivo crédito a las noticias contenidas en los falsos cronicones. Ximena recopila muy pocas aportaciones suyas. La carta hace referencia a la enfermedad sufrida por Bilches y otros temas de índole constructiva.

A Castillo de Locubín tuvo la intención de dedicar una página, pero la dejo en blanco, aunque se transparente el castillo de Aldehuela y pueda llevar a confusión. No sabía Ximena Jurado de la existencia de Cabeza Baja de Encina Hermosa, así que nos remitimos a Enrique Romero de Torres.

Martín Ximena Juarado no supo nada de esta villa, sí la conoció Enrique Romero de Torres, arqueólogo y anticuario, además de hermano del afamado pintor. Copiamos a la letra lo que dice del lugar en el Boletín de la Real Academia de la Historia, en 1915, de la que era correspondiente. A una legua hacia el Norte de Castillo de Locubín, dentro de su término municipal y en medio de la Sierra, se alza un extenso y elevado cerro conocido por Encina-Hermosa, cuya parte superior ó cúspide, desde donde se dominan dilatados y bellos panoramas, se llama Cabeza-Baja. En este sitio, ventajosa posición estratégica en forma de meseta ó explanada, descolló la fuerte y bien poblada Ipolcobúlcula, de cuyo nombre la segunda parte, Obúlcula, es evidentemente un diminutivo de Obulco (Porcuna).

Todavía subsisten fuertes muros de dobles murallas que rodean la cumbre del cerro, á modo de fortaleza, y se ven por doquiera esparcidos y amontonados grandes sillares de piedra, mezclados con capiteles, basas; columnas y otros materiales de construcción romana. En todos aquellos contornos é inmediaciones se encuentran muchos vestigios de esta civilización, como el cortijo de Baño, situado sobre una altura menos elevada y distante dos kilómetros y medio, y que toma su nombre de un baño ó piscina, cuyas paredes conservan aún el estucado especial que se empleaba en aquel tiempo. También hay allí muros derruidos de antiguo castillo… Constantemente el arado ha descubierto hachas de sílex, fíbulas, anillos, monedas, urnas cinerarias, objetos de bronce y de cerámica y lápidas que, por desgracia, unas han sido mutiladas y otras aprovechadas para materiales de construcción.

Hace veinticinco años (1890) que el culto vecino de Alcalá la Real, D, Fernando Montijano, hizo excavaciones en Cabeza-Baja, y tuvo la suerte de hallar muchos objetos interesantes, que forman parte de la colección que ha dejado á sus herederos. Pero lo más importante de aquellos trabajos de exploración arqueológica fué el descubrimiento de la planta de un edificio romano, quizás dedicado á casa de comercio, por los varios utensilios que se encontraron, como pesas y medidas para líquidos. Nuestro ilustrado compañero D. Alfredo Cazaban publicó en la revista jeniense Don Lope de Sosa, órgano de aquella Comisión de Monumentos, y que con tanto éxito dirige, un croquis aproximado de la mencionada planta de este edificio y una nota de los objetos, indicando, además, los sitios donde éstos se hallaron, …

Ximena Jurado escribe en el siglo XVII y Encina Hermosa no se descubre hasta 1890, de ahí que no hable de Castillo de Locubín por considerar que no tiene restos antiguos más allá del mundo musulmán. Y para finalizar no me resisto a no reproducir como termina Romero de Torres su artículo. Dice así: Vía romana. Saliendo de Martos para Fuensanta por el camino antiguo, éste se bifurca á dos kilómetros en el sitio llamado Picón de Granada, y desde este sitio se ven de trecho en trecho grandes trozos empedrados de una antigua calzada que iba á Fuensanta y seguía por el paraje llamado Las Casillas, y continuaba al Castillo de Locubín, pasando por Encina-Hermosa (donde existen, importantes ruinas romanas) y continuaba á Alcalá la Real, para luego internarse en la provincia de Granada. Este camino viejo de Martos á Fuensanta lo constituía la mencionada vía romana, que ha sido aprovechada por algunas partes en la nueva carretera que se está construyendo atravesando el río Salado, donde hay un puente romano restaurado en el siglo XVII. Esta vía de comunicación en época de la dominación muslímica estaba defendida por varias atalayas, cuyas ruinas se ven todavía en algunas alturas y muy especialmente en un cortijo construido sobre un torreón desmochado que llaman Torre Antigua, á cinco kilómetros de Fuensanta, que por su gran abundancia de aguas está rodeada de muchos molinos de origen árabe.

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Un comentario en “MARTÍN XIMENA JURADO Y ENRIQUE ROMERO DE TORRES, ARQUEÓLOGOS DE LA ÉPOCA ROMANA EN ALCALÁ LA REAL Y CASTILLO DE LOCUBÍN

  1. Hola buenos días.

    Vuelvo a contactar con usted, en primer lugar para darle las gracias por la comunicación que me ha remitido en este correo, pero además para comentarle algo que me ha sorprendido en mi investigación sobre la historia y apellidos de mi pueblo Castillo de Locubín.

    El tema es el siguiente ¿cómo es posible que no haya una transcripción paleografía del catastro del Marques de la Ensenada para el Castillo de Locubín? Sé que existe en el AGS 11 hojas referentes al pueblo y estoy tratando de transcribirlas.

    Un saludo

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