Entre las fuentes antiguas de Alcalá, resuena como buena por sus aguas para beber la Fuente de la Mora, desde donde se traía el agua hasta la ciudad de la Mota, según nos dicen las ordenanzas municipales alcalaínas del siglo XVI.







La primitiva fuente se encontraba situada junto al manantial que surge al pie del Cerro de las Cruces, en la cañada que lo separa del de San Marcos. Escribía Carmen Juan Lovera que esta fuente desaparece en las obras de 1683, cuando se tapa el manantial con la llamada “caseta del nacimiento”. El año 1514 se hacen las obras necesarias para encauzar el agua desde su nacimiento hasta otro lugar mas cercano a la ciudad, y que la documentación llama el Llanillo.
En el Libro de Actas de 1592, en el folio 136r, al margen dice: Aquerdo para que se suba el agua de la Mora y comisión para traer de Málaga un artífice para que se haga la fuente. Son los regidores los que dan información de que el agua buena para beber es la de la Mora, pero últimamente se esta utilizando en beber las bestias y para otros usos domésticos. Así pues la propuesta es nivelar el agua a fin de subirla un poco más arriba de donde se encontraba en el llamado Llanillo. Como el agua de la fuente era en abundancia se canalizaría una parte mientras que los sobrantes quedarían en el pilar existente en esa época.
Se propone enviar a la ciudad de Antequera una comisión pues se dice que ay un grande artífiçe desto para que venga a esta ciudad a ver lo suso dicho y deje planta en la forma que se a de haser… La comisión estaría formada por Pedro de Pineda Gongora, don Fernando de Narváez, regidores. Luis de Arjona, Pedro Alonso de Castro, jurados.
Suponemos que se emplazó en lo que hoy es el aparcamiento de coches aproximadamente en donde hay un monolito dando cuenta del nombre de la fuente y de las leyendas que la acompañan. Quedaría por estudiar si el nombre le viene por los amoríos que cuenta la leyenda o por morales en el entorno de su primitivo emplazamiento.
